"Si fuera a la escuela no tendría tiempo para hacer todo lo que quiero hacer". Lo dijo mi hijo, Damián, cuando tenía 5 o 6 años. Le habían preguntado si no le gustaría ir, si no se sentía solo (yo creo que lo que querían decir era si no se sentía "bicho raro").
Pero lo cierto es que nunca se ha sentido así. Ni solo, ni raro, ni que se estaba perdiendo algo importante. Siempre ha sido la envidia de sus amigos. Más de una vez nos han dicho "ojalá mis padres me dejaran no ir al colegio". Incluso una vez una niña me pidió, muy formalmente, que hablara con su madre para que la sacara del cole.
A mi me alegra que mi hijo sea consciente de lo afortunado que es por poder decidir a qué dedica su tiempo; que se haga responsable de su propia vida desde pequeño pero, sobre todo, que se de cuenta de ello.

A Paolini le interesaban el cine y las novelas fantásticos. A mi hijo le interesan el cine (en general) y los videojuegos. Los dos disponen del tiempo y de la libertad necesarios para cultivar esos intereses.
Ayer por la noche me mandó un email (mi hijo, no Paolini, que no me conoce). Decía:
Hola, he visto este vídeo y me ha gustado lo que dice, así que te lo mando para que le eches un vistazo.
Si a vosotros también os interesa el tema, si vuestros hijos quieren ser gamers o youtubers y a vosotros os entra urticaria sólo de pensarlo, os recomiendo que leáis este libro (y después se lo regaláis a vuestros hijos).
De nada.
Gracias, oportuno, muy oportuno. Aquí tratando de no sufrir de urticaria.
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