El miedo te hace siervo, el valor te hace libre

Pensaba en lo que pondría en unos días en este blog, pero me crucé con unos buenos relatos realistas y se me ocurrió escribir algo.
Yo sé que las cosas que hacemos las personas se contagian a los demás. A veces basta con que la haga la persona adecuada, y a veces sucede cuando lo hacen muchos. Esto de la educación en casa no sé si funcionará. Lo cierto es que de los cuatro gatos que somos, tres tenemos miedo. Es la misma sensación que tienes en el colegio o en la mili, cuando había mili. O en el Islam. 
Leer a los romanos tiene unos cuantos peligros. Uno no tarda mucho en ver que ese mismo miedo que digo es el que debían vivir sus esclavos. 
Y los esclavos no se rebelan, habitualmente. Sí, hubo un Espartaco. Espartaco estuvo a punto de ganarse unos cuantos derechos por la vía rápida. Bueno, fue alguien digno, un adorador de Zalmoxis, el dios que fue esclavo y que fue un curioso precursor de Cristo.


Me pregunto si descubrir estas cosas tiene una importancia de por sí. Aristóteles dice que el hombre quiere por naturaleza el saber, pero realmente el hombre lo que quiere es la importancia. Si Zalmoxis estuviera de moda, otro gallo cantaría. Pero el saber ha perdido mucho valor desde que ya no supone apenas esfuerzo. Definitivamente queda la importancia. Y al colegio no se va a saber, ni a aprender. Séneca, que como casi todos los romanos cuyos nombres conocemos, se educó en casa, nos lo decía: "no se aprende en clases, se aprende en la vida".
A propósito de gallos, Gayo Julio César recomendaba  mucho la marcha a paso ligero. Pensaba hacer un articulito sobre el deporte en Roma, para terminar recomendando la marcha. "Las guerras se ganan con los pies antes que con la espada", dice en La guerra de las Galias. Sus legiones podían avanzar unos 50 kilómetros cada día, a pie. Un corredor de maratones no puede tener esa constancia. Él mismo, el que le puso nombre al mes de Julio, recomendaba la marcha para curar lo que se tuviese. En estos días vamos mi hijo y yo a buen paso por las calles de Madrid, mejorando cada uno de nuestros músculos. Mejor que correr, actividad un poco excesiva, y mala para las rodillas. 
¿Te puede hacer importante saber muchas cosas? ¿Te puede hacer incluso feliz? ¿Y ser además de eso, libre? Libre, sabio, sano. ¿Hay alguien que no quiera ser así? 
Incluso aunque a otros no les interese en absoluto. ¿Elegirías eso? 
Me gustaría saber qué le parecería a Séneca. 
Bueno, ya lo sé.







Comentarios